Ester Risco Rodríguez. Facultat de Farmàcia i Ciències de l’Alimentació, Universitat de Barcelona
Ponencia en el 12º Congreso de Fitoterapia de SEFIT. Murcia, 9-12 de noviembre de 2023

La calidad de los preparados vegetales empieza por asegurar la identificación de estos y garantizar la ausencia de sustancias adicionadas (naturales o de origen sintético) estén o no previamente presentes en la droga vegetal. La adición de sustancias adulterantes se produce de forma intencionada o como consecuencia de una mala praxis. Los preparados vegetales tienen un riesgo significativo de sufrir adulteraciones, ya sea por motivos económicos, dificultad en el suministro, etc., y la responsabilidad de evitarlas deberá ser siempre imperativa, desde la fabricación, adquisición, homologación y utilización de los ingredientes en los productos comercializados, independientemente de su situación regulatoria. La adulteración no es sólo un fraude de calidad, posiblemente asociada a la pérdida de eficacia del producto, ya que puede provocar efectos adversos, originados por la adición de la sustancia adulterante.
Una adulteración no solo pretenderá sustituir o diluir ingredientes, sino también esquivar los métodos analíticos para detectarlas. Sin embargo, establecer un plan de prevención, control y estrategias de anticipación puede resultar efectivo. El plan de prevención de adulteraciones debería incluir un seguimiento de alertas, de cambios en la disponibilidad y suministro de las materias primas, así como la actualización de publicaciones, que ayuden a la adaptación de los métodos y mecanismos de control establecidos. No deberán obviarse los métodos más básicos de identificación organoléptica, macroscópica y microscópica, y su combinación con métodos cromatográficos habituales, frecuentemente acoplados, como HPLC-MS, que en la mayoría de los casos será suficiente, ya sea por perfil cromatográfico, cuantificación y/o proporción entre grupos de sustancias. Sin embargo, en ocasiones deberán ser reforzados con técnicas de análisis de ADN, espectroscopía IR, RMN o análisis de isótopos (estables o inestables). Esta combinación puede resultar muy robusta y, con un buen seguimiento y homologación de proveedores, se convertirá en una potente herramienta en la prevención de las adulteraciones.
Se ha de tener en cuenta que, la percepción de un incremento de adulteraciones en los productos del mercado puede afectar al profesional prescriptor, a tener más reticencia a la hora de recomendar los productos fitoterápicos; y en la confianza del consumidor, por encontrar productos ineficaces. Esto afectará directamente el posicionamiento de algunos preparados vegetales, incrementando la duda sobre su eficacia y seguridad, a pesar de su uso racional demostrado, ya sea tradicional o establecido, que no debería suceder con el uso de productos de calidad, no adulterados.