
Azafrán. Foto: Hubertl (licencia CC)
Josep Allué Creus. Facultat de Biociències, Universitat Autónoma de Barcelona, Vocal Plantes Medicinales y Homeopatía COFB. Patrocinada por PiLeJe
Resumen de la ponencia presentada en la Jornada de Fitoterapia y salud osteomuscular, Madrid, 14-15 de octubre de 2016
La gestión del paciente osteoarticular se ha planteado habitualmente considerando la fisiopatología del dolor y la inflamación. Desde hace tiempo se ha detectado la necesidad de encontrar alternativas terapéuticas a los AINEs que son utilizados hasta un 20% de los mayores de 65 años, a pesar de sus efectos secundarios reconocidos y ampliamente estudiados.
En la actualidad, existen 18 monografías comunitarias de preparados de plantas utilizados para el tratamiento del dolor y la inflamación. En uso oral, entre las drogas vegetales aceptadas probablemente las más conocida y usada sea la raíz de harpagofito (Harpagophytum procumbens DC.). Aunque no figure, aún, en la lista de monografías, el rizoma de cúrcuma (Curcuma longa L.) es una droga que ha sido objeto de un gran cantidad de estudios relativos a su acción antiinflamatoria. También, recientemente, algunos estudios han mostrado para el rizoma de cúrcuma una mejora significativa en las funciones cognitivas especialmente la memoria de trabajo (memoria de trabajo, fatiga general y sensación de calma).
Pero el paciente osteoarticular presenta otras patologías asociadas frecuentemente sobre todo al dolor osteoarticular. Varios autores (Murphy et al., 2012; Schäfer et al, 2014; Marks , 2015) han mostrado una gran comorbilidad de los trastornos osteoarticulares con la ansiedad, el insomnio y la depresión. Estos estudios llevan a la consideración de un tratamiento, podríamos llamarle emocional, de la ansiedad y la depresión asociadas al trastorno osteoarticular. La raíz y rizoma de rodiola (Rhodiola rosea L.) es una droga adaptógena bien conocida y de la que la monografía comunitaria EMA acepta como indicación “alivio de los síntomas de estrés, como la fatiga y sensación de debilidad”; pero diversos estudios han mostrado su actividad en la ansiedad y la depresión leve y moderada (Hung et al, 2011). Los estigmas de azafrán (Crocus sativus L.) han sido objeto de muchos estudios y una revisión sistemática que corroboran su actividad en los casos de depresión leve y moderada (Farokhnia et al., 2014; Lopresti, Drummond, 2014).
En resumen, la gestión del paciente osteoarticular requiere abordar la fisiopatología del dolor y el abordaje de los trastornos emocionales que acompañan a menudo a este paciente.