
Cimicífuga. Foto: Schnobby (licencia CC)
Salvador Cañigueral y Roser Vila
Unitat de Farmacologia, Farmacognòsia i Terapèutica, Facultat de Farmàcia i Ciències de l’Alimentació, Universitat de Barcelona, Av. Joan XXIII, 27-31. 08028 Barcelona
Ponencia presentada en el XI Congreso de Fitoterapia Ciudad de Oviedo (13-15 de abril, 2018).
Resumen publicado en: Bachiller LI, Cayunao CI, Vanaclocha B (Eds.). Actas del XI Congreso de Fitoterapia Ciudad de Oviedo. Oviedo: Sociedad Asturiana de Fitoterapia, 2018. ISBN: 978-84-09-01429-3.
Los consumidores que buscan una mejora terapéutica o el cuidado de su salud mediante productos a base de plantas medicinales esperan que los productos comercializados tengan una garantía de un beneficio definido y bien evidenciado para su salud (indicación, declaración de propiedades saludables) en unas condiciones bien definidas para un uso apropiado y seguro. La reproducibilidad lote a lote de la seguridad y la eficacia se garantiza mediante una serie de características del producto que se definen en sus especificaciones de calidad. La calidad es un factor clave de los productos fitoterápicos, y una calidad inadecuada está en el fondo de la mayoría de los problemas causados a pacientes y consumidores por algunos productos a base de plantas medicinales.
La variabilidad intrínseca y extrínseca ligada a las plantas, la complejidad química de las drogas vegetales y productos extractivos, el conocimiento a veces parcial de los constituyentes responsables de la actividad farmacológica de los mismos, los posibles contaminantes, así como la influencia de los procesos de producción (cultivo, recolección, tratamiento post-cosecha, almacenamiento, extracción, etc.) hacen que la fabricación y el control de calidad sea complejo. Estas dificultades, sin embargo, son superables si la calidad se asume como un objetivo importante desde las etapas iniciales del proceso productivo, ya durante la investigación y desarrollo del producto, se aplican buenas prácticas agrícolas y de recolección (GAPC), normas de correcta fabricación (GMP), se desarrollan protocolos de control de calidad adecuados y se invierte en investigación (Cañigueral et al., 2008, Cañigueral, 2013). En este contexto, la Farmacopea Europea contribuye principalmente en el desarrollo de especificaciones de calidad y los métodos de control necesarios en diversas etapas del proceso productivo (EDQM, 2017).
El control de calidad tiene como objetivo garantizar la identidad y pureza del preparado vegetal y del producto final, así como el cumplimiento de las especificaciones de contenido de principios activos y marcadores. Entre los posibles problemas de pureza se encuentran las adulteraciones y falsificaciones, así como la contaminación microbiológica y por metales pesados, pesticidas y micotoxinas.
Algunas adulteraciones han dado lugar a efectos tóxicos, como es el caso de la adulteración del anís estrellado por la badiana de China (Cañigueral, 2013) o la del rizoma de cimicífuga, procedente de Actaea racemosa L. (= Cimicifuga racemosa (L.) Nutt.), por especies asiáticas del mismo género (Foster, 2013). En un estudio reciente, hemos visto que la mayor parte de complementos a base de ginkgo del Reino Unido presentan adulteración por quercetina, rutina o fuentes de esta última (Frommenwiler et al, 2017).
En los últimos años ha crecido la preocupación por la contaminación de drogas vegetales por alcaloides pirrolizidínicos, en particular los 1,2-insaturados, conocidos por su hepatotoxicidad y posible carcinogenicidad. La contaminación procede de algunas malezas que los contienen y pueden crecer en los campos de cultivo, junto a las plantas medicinales. En buena parte el problema se ha hecho visible a partir de disponer de técnicas analíticas acopladas, altamente sensibles y selectivas como LC-MS/MS o GC-MS/MS, que permiten determinarlas a nivel de trazas. Esto ha generado recomendaciones en relación con el nivel máximo de ingesta, que la EFSA situó en 0.35 µg/día (para una persona de 50 Kg). La EMA, en relación con los medicamentos a base de plantas, se acogió a esta recomendación, pero con un periodo de transición de 3 años durante el cual se aceptaría 1 µg/día (HMPC, 2016; FAO/WHO, 2014; BfR, 2013).
Referencias
BfR (Bundesinstitut für Risikobewertung.) Pyrrolizidine alkaloids in herbal teas and teas. BfR Opinion No. 018/2013 of 5 July 2013. Berlin: Bundesinstitut für Risikobewertung (BfR), 2013.
Cañigueral S, Tschopp R, Ambrosetti L, Vignutelli A, Scaglione F, Petrini O. The development of herbal medicinal products: quality, safety and efficacy as key factors. Pharm Med. 2008; 22(2): 107-118.
Cañigueral S. Medicamentos a base de plantas: el reto de la calidad y la Farmacopea de como herramienta para alcanzarla. Revista de Fitoterapia 2013; 13 (2): 101-122.
EDQM (European Directorate for the Quality of Medicines and Health Care). European Pharmacopoeia. 9th ed. Strasbourg: Council of Europe, 2017.
FAO/WHO. Code of practice for weed control to prevent and reduce pyrrolizidine alkaloid contamination in food and feed. Codex Alimentarius. CAC/RCP 74-2014. Rome: Food and Agriculture Organization (FAO), 2014.
Foster S. Exploring the peripatetic maze of black cohosh adulteration: A review of the nomenclature, distribution, chemistry, market status, analytical methods, and safety. Herbal Gram 2013 98: 32-51.
Frommenwiler DA, Booker A, Heinrich M, Reich E, Cañigueral S Quality assessment of Ginkgo biloba supplements based on a single HPLTC method. GA Congress (Basel, Switzerland), 2017.
HMPC. Public statement on contamination of herbal medicinal products/traditional herbal medicinal products with pyrrolizidine alkaloids. Transitional recommendations for risk management and quality control. EMA/HMPC/328782/2016. London: European Medicines Agency (EMA), 2016.