Mª José Alonso Osorio. Farmacéutica comunitaria, Barcelona. Patrocinada por 100% Natural
Ponencia en el 12º Congreso de Fitoterapia de SEFIT. Murcia, 9-12 de noviembre de 2023

En 1936, Albert von Szent-Györgyi, premio Nobel por su descubrimiento de la vitamina C, habló de la existencia e importancia de lo que llamó vitamina P refiriéndose a los flavonoides y explicando su papel casi vitamínico, debido a que su deficiencia provocaría fragilidad capilar. El concepto se perdió al no corresponder con un compuesto específico y tratarse de una mezcla de flavonoides distintos que cambia según las fuentes de la dieta, pasando a considerarse por sus acciones «pseudovitaminas».
Dentro del grupo de los flavonoides encontramos la quercetina, un flavonol presente en una gran variedad de vegetales cuyas acciones antioxidante, antiviral, antiinflamatoria, inmunomoduladora y quimiopreventiva han sido demostradas en distintos estudios.
En los alimentos la quercetina no se encuentra en forma libre, sino glicosilada, con dos sitios diferentes de glicosilación posible, presentándose en diferentes formas según el alimento. Para ser absorbida debe ser hidrolizada y liberada de los grupos azúcar. Las diferentes formas de quercetina resultan en diferente sitio y cinética de absorción (dependiendo de si la unión es monosacarídica o disacarídica).
Varios órganos contribuyen al metabolismo de la quercetina, incluidos el intestino delgado, el intestino grueso, los riñones y el hígado. Una vez en el tracto digestivo los microorganismos intestinales degradan la mayor parte, transformándola en ácido fenilacético y fenilpropiónico y otros productos inertes, por lo que en realidad se absorbe una baja cantidad de quercetina.
Sus propiedades beneficiosas han sido demostradas en estudios preclínicos, pero con dosis superiores a las que normalmente se pueden obtener a través de la dieta, por lo que en los últimos años se ha incrementado el consumo de quercetina como suplemento, sin embargo, debido a su baja absorción, se requieren dosis muy elevadas para obtener niveles en plasma que sean eficaces. Esto ha llevado a buscar formas más biodisponibles. La quercetina en forma de fitosoma (emulsión de quercetina dispersa en fosfolípidos) ha demostrado una absorción 20 veces mayor que sin la forma de fitosoma.
Estudios realizados con una forma patentada de quercetina fitosomada (Quercefit®) han demostrado que su suplementación puede ser beneficiosa en distintas situaciones como alergia, asma (reducción de los síntomas locales post reacción alérgica y mejora de la función respiratoria en asma), inmunidad y actividad antiviral (Influenza A1 y COVID), el envejecimiento celular (como agente senolítico), la nutrición deportiva (mejora del rendimiento y recuperación) o la salud ocular (recuperación de abrasiones corneales).