XIV Congreso de Fitoterapia Ciudad de Oviedo, 17-19 de mayo de 2024

Josep Allué Creus. Vocalía de Plantas Medicinales del COF de Barcelona. Universitat Autònoma de Barcelona.
Las mujeres pueden presentar una variedad de problemas de salud propios, que pueden afectar su salud física, emocional y reproductiva, y que requieren enfoques de tratamiento específicos. Los principales problemas de salud en las diferentes etapas fisiológicas de la mujer son:
Pubertad: los cambios hormonales significativos pueden dar lugar a problemas de salud como el acné, la aparición del síndrome premenstrual (SPM) y del trastorno disfórico premenstrual (TDPM), irregularidades menstruales y dismenorrea, y trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia.
Edad reproductiva: a los ya aparecidos en la pubertad, pueden aparecer otros trastornos menstruales como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), la endometriosis, las enfermedades de transmisión sexual (ETS), los problemas de fertilidad, las complicaciones del embarazo como la preeclampsia y la diabetes gestacional, así como problemas de salud mental relacionados con la maternidad y el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar.
Embarazo y parto: presentan riesgos específicos, que van desde complicaciones obstétricas como la eclampsia y la hemorragia posparto, hasta problemas de salud mental como la depresión perinatal y la ansiedad.
Postparto y lactancia: tras el parto pueden aparecer problemas de salud como la depresión posparto, la mastitis (inflamación mamaria) y dificultades con la lactancia materna.
Perimenopausia: en el período de transición hacia la menopausia, las mujeres pueden experimentar una serie de síntomas incómodos, como sofocos, sudores nocturnos, cambios en el estado de ánimo, sequedad vaginal y disminución de la libido.
Menopausia: puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la osteoporosis, las enfermedades cardíacas y los trastornos urinarios, así como síntomas como la pérdida de densidad ósea y la atrofia vaginal.
Existen otros trastornos de aparición transversal a las etapas antes mencionadas, como la pérdida del pelo (que puede comenzar tras el parto o con la menopausia) y el sobrepeso (ya un grave problema en la pubertad y con riesgo incrementado en la menopausia).
Más allá de los problemas mencionados, existen otros que no son específicos de la mujer pero que presentan características propias. Un ejemplo es la movilidad, cuyos problemas en las mujeres pueden diferir de los de los hombres. Es el caso de: osteoporosis, artritis reumatoide, artrosis de rodilla, mayor riesgo de lesiones deportivas, diferencias en la respuesta al dolor. Por otra parte, hay que considerar los factores socioeconómicos (acceso a la atención médica o nivel de ingresos) y los roles de género y cuidado (mayor frecuencia en las mujeres).
Revisaremos la actualidad de evidencias en algunos de los aspectos mencionados.