Mª José Alonso Osorio, Farmacéutica comunitaria (Barcelona); Luís Ignacio Bachiller Rodríguez (médico fitoterapeuta, Oviedo).

Campo en verano. Foto: Luc Viatour
Si bien es cierto que cualquier enfermedad puede aparecer en cualquier momento, no lo es menos el hecho de que cada época del año tiene sus afecciones más características.
En la época estival, el clima cálido debido al incremento de las temperaturas, el aumento en el número de desplazamientos, los baños en el mar o en las piscinas, la práctica deportiva, y algún otro condicionante, hacen que una serie de afecciones sean mas frecuentes en esta época del año.
En este seminario, veremos como abordar desde el punto de vista de la Fitoterapia el tratamiento de problemas tan habituales como las quemaduras solares, siendo obvio que en este caso lo más importante es la prevención.
Relacionadas con el sol y el agua, están también otros problemas como las otitis (nadadores, que suelen afectar solamente al oído externo), los problemas rino-sinusales o faringitis (debido al uso extensivo de los aires acondicionados), las cistitis o vaginitis (además del agua fría y no cambiarse el bañador, también se ven influidas por el aumento de la sudoración y el uso de ropa sintética y/o ajustada), las micosis cutáneas (por el uso de toallas húmedas o compartidas, el sudor, zapatillas de deporte, caminar descalzo en pisos húmedos contaminados, etc.), las conjuntivitis (generalmente de carácter irritativo por el sol, el cloro de las piscinas, el agua salada o en mal estado en ríos, lagos, estanques, etc.) o las verrugas plantares (caminar descalzo en pisos contaminados).
Aspecto importante son también los problemas de tipo digestivo, de lo más variado, como las dispepsias (debidas a cambios en la alimentación, o simplemente ligada a los excesos que suelen cometerse en esta época o al desatino horario), la diarrea (por consumo de alimentos en mal estado por el calor, por contaminación del agua es el caso de la diarrea del viajero, o por causa infecciosa en el caso de niños por mala higiene) o el estreñimiento (por los desplazamientos que conllevan cambios en la alimentación y en los hábitos que pueden a afectar al ritmo de las evacuaciones).
El contacto con la naturaleza, tener más tiempo libre, hacer más ejercicio, y en una palabra “pasar mas tiempo en la calle”, trae como consecuencia que en esta época aumenten las contusiones y traumatismos de todo tipo, desde pequeño chichón o herida que se hizo el niño al caerse de la bicicleta hasta la torcedura de tobillo o la nalgada que nos dimos resbalando por las escaleras que nos ha generado un importante hematoma.
En verano, síntomas habituales como la pesadez de piernas, los calambres y los picores, pueden resultar mucho mas molestos debido al calor, por ello es conveniente prestar mas atención a los problemas vasculares en esta época. Obviamente lo mismo ocurre con las hemorroides.
El cambio de ritmo horario, de cama, los grandes viajes (jet lag), el calor excesivo, los excesos (comida, tabaco, alcohol), pueden condicionar la aparición de problemas de sueño que pueden arruinar nuestras vacaciones. Si a ello sumamos la aparición de insectos como las abejas, avispas, mosquitos que en algunos lugares adquieren tamaños considerables u otros, el asunto se las trae.
Con tanto desplazamiento no podíamos dejar de buscar solución a la cinetosis es decir a los típicos mareos de los viajes que a mas de uno han podido amargarle el inicio de sus vacaciones.
En este taller trataremos de dar una solución sencilla y rápida a todo este tipo de problemas.